100 años de diplomacia cultural

Fotografía superior: «El Museo del Prado en Guinea Ecuatorial», Centro Cultural de España en Malabo-Guinea Ecuatorial

A comienzos del siglo XX España incorporó la dimensión cultural a su política exterior. En 1921 se constituyó la Oficina de Relaciones Culturales, bajo el impulso de Américo Castro y otros profesores del Centro de Estudios Históricos de la JAE. Sin presupuesto y con mucho voluntarismo, desde aquella Oficina se empezó a divulgar la vitalidad creativa del país, se intentó mantener la identidad de sus emigrantes y se fomentó la conciencia de comunidad del colectivo hispano parlante diseminado por el mundo.

La azarosa y trágica por momentos historia del país no puso fácil la continuidad de la empresa. La II República promovió la diplomacia cultural en su aspiración por la comprensión y la paz entre los pueblos. El régimen franquista la utilizó para luchar contra el aislamiento y para presentar una cara amable frente al exterior. En la transición democrática sirvió como elemento de convergencia con la Europa comunitaria.

Esta exposición da cuenta de los hitos de ese recorrido histórico y actual, nos lo muestra en imágenes y nos ayuda a entender por qué la cultura aporta un valor fundamental y distintivo a la proyección internacional de España.

“100 años de diplomacia cultural” supone, en palabras de su comisario, Lorenzo Delgado Gómez-Escalonilla, “una inmersión visual y una reflexión en torno a uno de los ámbitos más fecundos de nuestro devenir internacional”. Este siglo de historia, que se puede contemplar en el Centro Niemeyer, ha tenido como protagonista destacada a la Dirección de Relaciones Culturales y Científicas de la AECID, encargada de promover la cultura española en el mundo a través de sus más diversas manifestaciones.